
Cuando más se antoja la helada no hay forma de abrirla, pero te gustaría ser el héroe que se queda con la princesa.
En la próxima oportunidad toma tus llaves, muestra tu destapador con gracia y elegantemente abre la botella o lata. Ella quedará fascinada y caerá rendida a tus pies, serán felices para siempre.